Re: Ruleta, "Enamorar a la reina del salon"

por **Gherzio** Jue Mar 06, 2014 11:27 pm

Cap. VII – La progresión.

“Todo intento matemático de aumentar la masa con el trascurrir del tiempo y las perdidas, solo puede llevar a un solo y fatal desenlace, la ruina del jugador”

Hubo un verano, que junto a Daniel, fuimos un fin de semana a la feliz a jugar al casino, estábamos cursando la facultad, nos fuimos en tren desde constitución, más de seis horas de viaje, habíamos sentido hablar de un sistema matemático que le ganaba a la banca y juntamos unos mangos entre los dos y nos embarcamos en esa locura, éramos jóvenes e idealistas en ese entonces, la revolución cubana estaba muy fresca en los pasillos de la universidad y ganarle al sistema, nos acercaba al che. Siempre pensé que sacarle una ficha a la banca, era sacarle una ficha al sistema.

Aquel sistema, era muy simple, había que esperar una formación de tres colores iguales y comenzar a apostar a la contra pero con un artilugio matemático que era infalible, bueno eso creíamos, éramos jóvenes.

Llegamos al casino, y hacíamos vigilancia en varias mesas, hasta que llego la señal, en una mesa, habían salido el 32, 14, 19, tres rojos, y ahí entramos a jugar nuestra infalible martingala, una ficha a negro, luego dos, luego cuatro, luego ocho, no pudimos apostar dieciséis fichas como mandaba la regla de doblar siempre la apuesta, el tope impuesto de máximo a jugar en chances de la banca arrollo nuestras ilusiones, que mala suerte, siete rojos seguidos, años más tarde supe que una secuencia de siete chances seguidas es algo muy común en una muestra azarosa entre dos variables equiprobables.

Cada día que marchaba hacia la clase de Adolfo lo hacía más convencido en que ese viejito de rostro adusto pero amable en su trato guardaba el santo grial del juego de ruleta, también reflexionaba en casa sobre el día anterior y mis dudas se multiplicaban. El tercer día de clase ya, dos días solamente habían bastado para sumergirme en un mundo desconocido por mí que solo había jugado durante tres décadas desde la pasión sin usar la razón.

Esa mañana compre medialunas de manteca, no quería caer con las manos vacíos pero al llegar frente a Adolfo, este, ya tenía preparado el café con medialunas, me sentí un tonto, ni siquiera podía adelantarme en algo tan trivial como esto.

-No se aflija hijo, mañana las calentamos en el hornito de la cocina y las comemos, tomo mi paquete y lo llevo hasta la cocina, al regresar me pregunto.

-¿Ya pensó a que institución va a donar mis bienes? ¿Vaya pensando también donde va a alojar a mi bebe?, mire que tiene sus hábitos, lo mal crie un poco.

Esas preguntas me sacaron de eje, si bien había aceptado aquel pacto de honor, no me había puesto a pensar en él, solo quería conocer el gran secreto.

-Hay tiempo Adolfo, usted está muy fuerte aun, no pensemos en eso ahora. Le dije como para zafar de esa situación.

-Tengo un pregunta para usted don Adolfo, (anteponer el don, me acercaba a una figura paternal y de vez en cuando, lo usaba con Adolfo, por el que comenzaba a sentir cariño). Yo estuve pensando, que si uno elige una chance cualquiera, y comienza a jugarla con alguna progresión matemática pensada, por más que el azar no tire mi chance, en algún momento va a comenzar a tirarla y la progresión solita se va a encargar de dejarme ganancias. ¿Cómo lo ve?

-Lo que veo es que si estuviéramos en el juego de oca, usted retrocedió unos cuantos pasos y hasta perdió el turno. Mire que atrevimiento el suyo, pensar que más fichas en el paño van a obligar a una chance a salir, ni Dios doblega al azar y usted quiere insultarlo con fichas. El azar es como el capital, no tiene sentimientos ni patria, hace lo que quiere y cuando quiere ese sí que tiene libre albedrio, me produce risa su atrevimiento.

Adolfo parecía un padre retando al hijo tras romper algo de manera intencional.

-Ya le dije y le repito, lo que usted elija para jugar, al azar no le importa, la cantidad de fichas que usted apueste, tampoco, él está condenando en este juego a mostrarse dentro de las combinaciones que puede, pero eso sí, lo hace a su antojo, no al suyo. Las estadísticas son el diario de ayer, las probabilidades son el diario de mañana, pero nosotros jugamos hoy, ¿entiende?

No supe que contestarle, pero moví la cabeza lentamente de manera afirmativa y basto para que Adolfo siguiera hablando.

-Cualquier progresión que usted use que consista en agregar más fichas durante los tramos negativos de su juego terminaran sepultándolo, está jugando al revés, usted no tiene capital ilimitado para bancarse ese jueguito, y la banca si, distinto seria si usted hace jugar a la banca la martingala, puede rasguñarle algunas fichas durante mucho tiempo, pero eso es algo demasiado simple de hacer y a mí me gustaban los desafíos cuando deje el ajedrez que comenzaba a aburrirme. En definitiva, me interese por la ruleta, al fin y al cabo, el paño es un tablero y mi ficha una pieza.

-Olvídese de eso hijo, no financie con sus fichas, ¿acaso, un banco le preste a su cartera de morosos incobrables para cobrarles?

-Ahora, si usted usa la misma ficha para progresionar, es otra cosa, puede usar el tiempo a su favor.

-Me perdí Adolfo, ¿cómo sería eso?

-Le voy a explicar un método muy viejito, tan viejito es, que hasta se disputan la autoría y el nombre que es lo menos relevante.

-Ya que le gustan los números, imagínese que comienza a apostar al número 8, pero en vez de jugarlo a pleno, usted juega una chance simple que lo contenga, tienen tres para elegir, Menor, Par o Negro, vamos a suponer que pierde, si usted quiere “recuperar” esa pérdida sin aumentar la cantidad de fichas que usa, siempre una sola, puede colocar su ficha en una chance doble, tiene dos para elegir, primera docena o columna central, si acierta, gana tres fichas menos las dos que aposto en total, gana una, pero supongamos que pierda otra vez, puede repetir su apuesta y si acierta empata, pero supongamos que sigue perdiendo. Ya lleva tres fichas perdidas, pues puede seguir asumiendo “riesgo” y colocar su ficha en una línea que contenga al número ocho, tiene tres bolas para ganar o empatar, se va dando cuenta, como moviendo su ficha por el paño entre las posturas naturales que el juego nos ofrece usted puede ganar aunque su número no salga, lo peor que puede pasar es que al terminar toda la cascada de movimientos usted este perdiendo treinta y cinco fichas pero ese proceso de dispersión es necesario para que ocurra la concentración.

-Ojo, no se vaya a creer que haciendo esto solito se salva, es tan solo una manera simple de explicarle a usted que la progresión usando la misma ficha también es posible ya que no está al tiempo como variable y es parte del gran secreto, pero hay más.

-Mañana, no venga, venga pasado mañana, porque los días que hago la sesión de quimioterapia no me siento bien, prefiero que no venga. ¿Me entiende no?

-Si Adolfo, quedamos así, vengo el viernes.

por **elegido** Vie Mar 07, 2014 12:18 am

Muy buena historia.. Soy nuevo jugando ruleta y he probado los mas populares... Incluso invente uno en el que le saco fichas a algunos soft de ruleta.. Pero el sistema de colocar una ficha a chances y recuperar es muy ingenioso..

por **Ruletilla** Vie Mar 07, 2014 2:20 am

Cada vez me gusta mas esta historia, estoy muy enganchado...

gracias por compartirla, espero poder seguir leyendola

por **Ruletilla** Vie Mar 21, 2014 4:03 pm

Me parecio muy interesante esta historia, peor que pena que no siga publicandola.
Me gustaria mucho tener toda la historia, hay alguna forma de conseguirla?

gracias

por **elegido** Vie Mar 21, 2014 4:42 pm

Vamos amigo, continua la hsitoria...

por **mobidic** Sáb Mar 22, 2014 11:50 pm

si si, por favor continua.

por **Gherzio** Mar Mayo 06, 2014 10:45 pm

En otro hilo, me despedi del foro por un tiempo, pero, hasta la vuelta...les dejo otro capitulo mas....

Cap. VIII – La conducta.

“Somos responsables de nuestros actos, no podemos modificar los resultados, pero podemos adecuar nuestro comportamiento a ellos”

A medida que las charlas trascurrían, mis recuerdos de Andrea crecían, me preguntaba si era feliz, si se había casado, hasta llegue a pensar que bien podría haber fallecido, tome el teléfono y marque su número, luego de algunos timbres, una voz de una mina respondió, colgué abruptamente y me maldecí por haber llamado.

En un viejo cuaderno de tapas duras, hacia anotaciones cuando volvía de las charlas de Adolfo, pequeñas frases sueltas que fuesen disparadores de los conceptos que aquel viejo me trasmitía, subrayaba las frases y cada tanto las leía en voz alta como queriéndomelas gravar a fuego. Pensé que debía haberle preguntado a Adolfo si quería mi compañía cuando asistía a la sesión de quimioterapia, aquel hombre vivía solo, con su gatito, y fue sin duda una acto de grosería no haberlo acompañado, o al menos, haberle preguntado.

Ese viernes, llovió muchísimo, a tal punto, que si hubiese tenido el número de teléfono de Adolfo, me hubiese excusado con él para no asistir a la charla, pero como no lo tenía recorrí las casi veinte cuadras y llegue empapado, nunca use paraguas y aquel viernes no fue la excepción.

Aquella mañana, Adolfo, tardo bastante en responder a mi llamado y al abrir la puerta, su figura se veía muy maltrecha, con un hilo de voz muy tenue, me invito a pasar, su respiración era más agitada que de costumbre, sus movimientos mucho más lentos.

-Adolfo, no lo noto bien de salud, si quiere lo dejamos para el lunes.

Con los brazos en jarra y tomando aire, me respondió.

-Con la sentencia de muerte firmada, no puedo perder tiempo, hice un pacto con usted y pienso cumplirlo.

La palabra pacto, me recordó que todavía no había pensado en eso, ni en los funerales de aquel hombre, ni en la entidad que sería agraciada con una donación millonaria, ni donde metería aquel gatito que dormía profundamente recostado en el blanco sillón frente al ventanal.

-Como usted guste don Adolfo, solo decía.

-Sabe que pasa hijo, la conducta es un valor necesario en esta carrera en formación, usted debe aprender que sin ella, la voluntad es doblegada por la bestia, dominar su ansiedad y permanecer estoicamente una hondonada de fallos en su contra son parte del ritual de graduación de todo profesional del juego y si porque me ve arruinado por la sesión de ayer y quiere postergar las clases, el día que usted este apostando a rojo y el azar le regale más de veinte negros, algún cero y otra chorreada de negros de símil magnitud que la anterior que hace.

-Dejo de apostar rojo y listo.

-Veo que sus chistes también son malos. Mire pibe, usted apueste lo que quiera, pero esa longitud de fallos, las va a tener que soportar más de un día, a tal punto que va a tener que hacerse invisible para el azar.

-¿Invisible? ¿También tengo que ser un superhéroe?

-Más o menos pibe. Va a encontrarse días en donde el encadenamiento de fallos, algún acierto y nuevamente cadenas de fallos muy por encima de la media le arruinen sus ganancias, esos días, deberá ser invisible en muchos tramos de su juego.

-¿Cómo me hago invisible?

-Apostando, sin apostar.

-No comprendo.

-No importa que comprenda aun, solo tenga presente ese dato. Martin, antes de continuar con la charla, permítame hacerle una sugerencia, para mis funerales, no malgaste el dinero en flores ni coronas, prepare algo bien sencillito, eso sí, una linda lapida y algún epitafio con imaginación. Mañana sábado, venga cerca del mediodía, vamos a dar un paseo, le quiero mostrar algo.

Yo no sabía, que aquel final abrupto de esa charla, fue el comienzo de una etapa de clases prácticas en el casino flotante de Puerto Madero

por **100 fichas** Miér Mayo 07, 2014 12:58 am

cuando le parezca bien siga, siga.

saludos

por **Gherzio** Sáb Ago 02, 2014 5:50 pm

Cap. IX – La Fauna.

“Dentro del mismo espacio físico, distintas especies de jugadores coexisten dándole vida a la escenografía de un mundillo poco conocido”

Luego de aquella tormenta de viernes, el día siguiente hizo casi veintidós grados, un sol bastante intenso se reflejaba en los altos edificios de capital federal, al llegar al edificio de plaza paso, Adolfo me esperaba en la vereda, su auto estaba estacionado y con un simple gesto de manos, me invito a subirme.

-Hoy pibe, vas a conocer a la más variada fauna que habita un casino, te voy a clasificar los especímenes y en muchos de ellos, te vas a sentir identificado.

Las distancias entre La Plata y Capital Federal, siguen siendo las mismas, pero los tiempos desde la construcción de la Autopista variaron muchísimo, con lo cual en menos de cuarenta minutos, nos encontrábamos en el estacionamiento del casino flotante de puerto madero. Yo había asistido un par de veces, pero no me atrapaba aquella postal, prefería la comodidad de una ruleta electromecánica que usan los bingos a las apuradas mesas manuales de los casinos. Al llegar a pie de mesa, para entablar dialogo con Adolfo, le hice una humorada.

-¿Vamos a jugar algunas fichitas hoy?

-No pibe, fichitas no, acá se juega con dinero y hasta se juega con la vida.

Hoy, solo quiero mostrarle la fauna que habita esta jungla. Si bien hay algunos escritos sobre las diversas figuras del perfecto perdedor, vale la pena que los vea con sus propios ojos.

Sentía la adrenalina con cada giro de ruleta.

“El sonido del giro en círculos de una endiablada bolita se propaga rápidamente con fuerza sobre la humanidad sin que el tiempo pueda detenerlo, somos pequeños gigantes en busca de la miel. Danzamos en cada giro, nos amontonamos frente a la verde pradera para poder regar la tierra fértil. Buscamos tan solo en dos colores el arco iris resplandeciente que nos cobije, sus brazos parecen extensiones que se presentan ante nosotros como simples números. Amamos esos números, los odiamos con la misma intensidad. Pasan los siglos humeantes, sin sentido aparente y ella nos sigue enamorando, cautivando, son solo instantes, solo un placebo, pero nuestra alma ya está entre sus garras, un cilindro, treinta y siete números, una bolita y un paño, son tan solo catalizadores de una vida.”

Adolfo, me invito un café en la barra del nivel tres del barco estrella y desde ahí utilizando su dedo índice como puntero laser, me indicaba alguna silueta difusa de una mesa.

-Mira pibe a ese señor de anteojos, el que tiene una campera color salmón, fíjate el ritmo de sus apuestas, sus fichas parecen querer tapar al paño, fíjate que hace unos tiros viene cobrando lindo, fíjate unas bolas más, y se va ir puteando al croupier.

La elección de las sillas frente a la barra, había sido intencional, desde ahí, se veía perfectamente como un jugador abandonaba la sala y en su cara se reflejaba si aquel día había sido un día de gloria o de redención eterna.

Pasados algunos minutos, aquel hombre, se retiraba con pasos presurosos, moviendo la cabeza de un lado al otro y murmurando, ¡el hijo de puta no me quiso tirar una sola segunda docena!

-Tenía razón Adolfo, se va a su casa seco y puteando ese hombre.

-No se confunda pibe, si camina tan rápido, todavía no se va a su casa, esta apurado por encontrarse con el cajero automático, en un rato, lo ve por acá otra vez, tienen resto estos tipos, al menos, por un tiempo en donde se les acaba la guita o se pegan un tiro.

-Mira pibe, aquel flaquito, el que parece un nene recién salido de la secundaria.

Al levantar la vista y seguir el dedo de Adolfo, mis ojos se encontraron con la figura de un adolescente, no más de veinte años, no distinguía bien la apuesta que hacía, pero se lo veía concentrado tomando nota en cada bola que salía.

-Ese nene, seguramente, leyó algún sistemita por internet en esos foros o web donde abunda la mediocridad en forma de sistemas y se vino convencido que vivir del juego es una boludez, está haciendo una martingala estirada a chance simple, el hecho de que la estire, solo le estira la agonía, la secuencia fatídica le llega igual que a otros, a veces en el día, otras veces en semanas, pero a la larga, le devuelven cada ficha ganada en una sola serie a la banca.

Ella tiene todo el tiempo del mundo para esperar la serie, tiene el capital ilimitado, mientras que ese nene, está jugando su sueldito en un cilindro y empeñando su adolescencia en el paño.

-Ve aquella parejita que se hacen arrumacos entre bola y bola, ellos si no tienen problemas, están disfrutando del juego, de la vida, es una salida más, el sábado que viene, almorzaran en la casa de algún familiar, luego pasearan por algún parque, planificaran su futuro, pensaran en los nombres de los hijos que tendrán, pero la ruleta, a ellos dos, no los lastimara jamás, solo será un recuerdo fugaz de un día nublado donde acertaron algún plenito lindo y cenaron “gratis” en puerto madero.

-Jugadores ocasionales o sociales, hay muchos y de los más variados, esos, son solo una decoración temporal en este circo, los que no son decoración, son aquellos dos, esos pertenecen a una categoría más avanzada de jugadores, son los llamados “sistemitas”, pierden igual, no se vaya a confundir, pero pierden con todas las de la ley, haciendo la cosas lo más prolijo posible, cada tanto, ganan algo y esos triunfos, les renuevan las esperanzas de doblegar a la bestia, pero créame, es tan solo un espejismo perfecto.

Anotan los números que salen, observan los sectores del cilindro, conocen de series, de desviaciones standard, de desvíos físicos, de frecuencias de salidas, de repeticiones, de universos de atrasos, de ciclos, de porcentajes, pero sabe cuál es la verdad, no saben porque ganan o porque pierden, solo anotan y juegan a saber que saben, pero no quiera decírselos en la cara porque lo odiaran, lo trataran por loco, es mejor dejarlos que sigan su camino.

-Ahora si Martin, venga, acompáñeme a aquella mesa, que voy a jugar una ficha.

Nos levantamos y nos acercamos una de las mesas centrales del casino, Adolfo, estiro un billete de cien pesos y en voz alta, le dijo al croupier.

-Pagador, una ficha de valor 100. Me miro a los ojos y exclamo.

–A ver pibe, que número le gusta.

-No Adolfo, elija usted, yo soy medio yeta.

-No sea mequetrefe, dígame que numero le gusta.

Siempre tuve inclinación por los números centrales del tercio del cilindro, son aquellos números que quedan enfrentados al cero formando una medialuna de doce números.

-Y me gusta el 11, negro el once es mi favorito.

Adolfo, espero que el croupier lanzara la bola y antes del grito tradicional de ¡no va más! Deposito sutilmente la ficha sobre menores. Yo sentía como mi cuerpo comenzaba a sentir el galope intenso del corazón, un calor interno comenzaba a subir desde los pies, pero Adolfo, parecía imperturbable, la bolita, girando alocadamente y rebotando fuertemente sobre los azares fue perdiendo fuerza al ritmo en que mis ojos seguían atentamente el recorrido de aquella esfera; al caer y quedar depositada sobre las cuencas, el pagador grito.

-Colorado el 18.

Al pagarle a Adolfo por su apuesta en menores, este tomo sus fichas y comenzó a caminar hacia la ventanilla de cobro, lo seguí sin decir palabra alguna, al salir del casino y ya de regreso por la autopista, me anime a preguntarle.

-¿Cómo sabía que salía un número menor?

-No pibe, nadie sabe que va a salir

-¿Para qué me pregunto qué numero me gustaba?

-Sabia, que usted elegiría el ocho o el once, si elegía el ocho, jugaba mayores, si elegía el once, jugaba menores, como eligió el once jugué menores. Es una broma hombre, menores estaba al lado de mi mano, por eso deje la ficha en esa chance, recuerde, acierta o falla, esas, son las únicas dos variables que deben importarle.

-¿Siempre que gana, se retira?

-Al contrario, generalmente, al ganar me vuelvo “agresivo”

-¿Y porque se retiró, si gano?

-No me escucho, antes de ir a la mesa, le dije algo bien claro;

“venga, acompáñeme a aquella mesa, que voy a jugar una ficha”

por **Barrabas** Sáb Ago 02, 2014 7:47 pm

"Yo sentía como mi cuerpo comenzaba a sentir el galope intenso del corazón, un calor interno comenzaba a subir desde los pies"

Mmmm esa no te la contaron eh, jajajaja.
Un abrazo

por **Gherzio** Sáb Ago 02, 2014 11:18 pm

Barrabas escribió:"Yo sentía como mi cuerpo comenzaba a sentir el galope intenso del corazón, un calor interno comenzaba a subir desde los pies"

Mmmm esa no te la contaron eh, jajajaja.
Un abrazo

El amigo de un primo de la abuela del vecino de otro primo que vivia en el partido de la costa, escucho decirle al guardia de seguridad de un blindado que le contaba a su compañero que esa era la sensacion ante el giro de una bolita...creo que exagero un poco. Razz

por **Gherzio** Lun Abr 20, 2015 10:30 pm

Próximamente en su librería amiga!!!

PD. Tambien en España. y ole!

por **Gherzio** Vie Abr 24, 2015 10:30 pm

Se viene....

Fecha tentativa de la presentación del libro, "Enamorar a la reina del salón"

15 de mayo, (Viernes)...

Al que le interesa, el confirmo por privado lugar y horario...

PD. Como verán, cambie el avatar...esa es la tapa del libro.

por **Alvaro** Sáb Abr 25, 2015 7:22 am

De tocayo a tocayo será un buen libro. Lo cortes no quita lo valiente, seguramente tendremos que desarrollar hasta sus últimas consecuencias lo de mi tibieza porque el personal (ya que vos lo hizo un asunto público) aprenderá cosas interesantes sobre la fidelidad, defensa sin cansancio de los agraviados y trabajo desinteresado de los tibios.

Abrazo.

por **Gherzio** Sáb Abr 25, 2015 7:00 pm

No corresponde a mi decir si es o no un buen libro. espero que sirva al menos para nivelar alguna mesa ratona...........en cuanto a lo otro, no es el hilo.

por **Barrabas** Sáb Abr 25, 2015 7:50 pm

Mandeme un ejemplar don Gherzio y pongalo en la cuenta de Tapa que ese tiene plata.

por **Teto** Miér Mayo 20, 2015 3:50 am

¡Grande Sergio!, te sigo con interés.

por **Gherzio** Miér Mayo 20, 2015 10:35 pm

Teto escribió:¡Grande Sergio!, te sigo con interés.

Gracias Teto..
En julio hay prevista una presentación en Rosario...seguro, coordinaremos para pasarnos por el City....

Abrazo-

por **Anibal** Jue Sep 24, 2015 12:28 am

Hablas de estrategias?

por **Gherzio** Vie Sep 25, 2015 8:09 pm

Es una novela de ficción Anibal, donde algunos conceptos aparecen...pero las estrategias van en la segunda novela....

"Diálogos Internos"

Próximamente en su librería amiga Very Happy

por **Garria** Sáb Sep 26, 2015 12:47 am

Sergioooooo.

Tu novela se hizo esperar cruzó el Atlántico, llegó a casa y en una noche ( esa misma noche) .. la devoré.

Umm ... qué rica.

Grande.

Antes de acostarme, aquella noche pensé mucho en Andrea .....

Ohhhh Qué fue de Andrea?

... , escapando de la dictadura.....

Javier volvió de España?

Necesita algo , señor. Su máquina lo espera ...

Fantástica.

Enhorabuena. No se la pierdan. Saludos.

Segunda parte ya !!!

PD. Mi esposa dice que porqué Don Adolfo hizo esooooooooooo ?

Saludos cordiales.

por **Gherzio** Lun Sep 28, 2015 11:32 am

Garria escribió:Sergioooooo.

Tu novela se hizo esperar cruzó el Atlántico, llegó a casa y en una noche ( esa misma noche) .. la devoré.

Umm ... qué rica.

Grande.

Antes de acostarme, aquella noche pensé mucho en Andrea .....

Ohhhh Qué fue de Andrea?

... , escapando de la dictadura.....

Javier volvió de España?

Necesita algo , señor. Su máquina lo espera ...

Fantástica.

Enhorabuena. No se la pierdan. Saludos.

Segunda parte ya !!!

PD. Mi esposa dice que porqué Don Adolfo hizo esooooooooooo ?

Saludos cordiales.

Se agradece el comentario garria...

Saludos!

por **Aprendiz** Jue Oct 15, 2015 2:55 am

No me canso de decirlo: Gracias Maestro por compartir sus conocimiento con todos. Se que piensa o pensaba (no creo que haya cambiado) que el conocimiento debe de ser de dominio publico. Y aunque dice que los maestros estan en la escuela, no me canso de reconocerlo como tal, no solo por compartir sus conocimientos, sino por tener el don de la paciencia para explicar una y otra vez de diferentes maneras. Por todo esto Gracias.
PD. La referencia a Cuba me recordo una infancia muy bonita. Wink

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